NOTICIAS

Corazón en riesgo: El impacto de la obesidad

28 de Junio de 2024

Reconocer la conexión entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares es fundamental para la prevención y un tratamiento efectivo. Identificar la obesidad como un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares permite intervenir tempranamente con estrategias que pueden ayudar. Para esto es preciso hacer un cambio en el estilo de vida, dieta y ejercicios, para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar la salud en general.
Lo primero que hay que saber es que obesidad no es lo mismo que sobrepeso. “A pesar de que el sobrepeso se refiere también a un exceso de peso corporal en relación con la estatura, la obesidad se define en un grado mayor de acumulación excesiva de grasa corporal, lo cual se ve más asociado a ciertos factores de riesgo cardiovascular, como circunferencia abdominal elevada, hipertensión arterial, dislipidemias, etc. La diferencia radica en la cantidad y distribución de la grasa en el cuerpo, así como en sus implicaciones para la salud”, explica la (*) Lic. Irina Aponte, nutricionista.
Entonces, ¿Cuál es la conexión principal entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares? “La principal relación es el impacto que tiene el exceso de peso y la acumulación de grasa en el cuerpo sobre el sistema cardiovascular. La obesidad está fuertemente asociada al desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, entre otras. Por eso es muy importante abordar este problema como parte integral de la prevención y el tratamiento de estas enfermedades”, acota.
Explica que la obesidad ejerce una presión adicional sobre el corazón al aumentar el volumen de sangre circulante y la carga de trabajo del mismo. Además, contribuye al desarrollo de aterosclerosis (acumulación de placa en las arterias), lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.


ROL DE LA ALIMENTACIÓN
La alimentación es crucial en el desarrollo de la obesidad y, por ende, en las enfermedades cardiovasculares. “
El consumo excesivo de calorías, grasas saturadas, grasas trans, azúcares añadidos y sodio, junto con la ingesta insuficiente de frutas, vegetales, fibras y ácidos grasos Omega 3, contribuye a la inflamación, aumento de peso y al desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, detalla.
Por lo mismo, la profesional recomienda llevar un plan nutricional equilibrado y variado, siempre asesorado por un profesional, que incluya: abundantes frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables. “Reducir el consumo de alimentos procesados, azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio, alcohol además de lograr una correcta hidratación, de acuerdo a las necesidades, y practicar alguna actividad física, también son pilares fundamentales”, refiere.
Asegura que el estilo de vida juega un papel crucial en la relación entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. La actividad física regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la salud cardiovascular, mantiene estables los niveles de la presión arterial, controla los niveles de lípidos en sangre y promueve la salud general.


¿Existen diferencias significativas en los riesgos cardiovasculares entre personas con obesidad abdominal y aquellos con obesidad generalizada?


Sí, la obesidad abdominal (denominada también Androide), especialmente cuando se acumula alrededor de los órganos internos (grasa visceral), está más estrechamente relacionada a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, Diabetes Mellitus tipo 2 y otros trastornos metabólicos en comparación con la obesidad generalizada. Por lo tanto, a mayor circunferencia abdominal más alto el riesgo a desarrollar estas enfermedades”.
¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan las personas con obesidad, al intentar mejorar su salud cardiovascular por medio de cambios en la dieta y el estilo de vida? Algunos de los desafíos más comunes incluyen la resistencia al cambio, la falta de apoyo social, los hábitos arraigados, la disponibilidad y accesibilidad de alimentos saludables, así como las barreras económicas y culturales”, explica.


EN CONCLUSIÓN
Es fundamental reconocer la relación que existe entre la obesidad y el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, así como la influencia significativa que tiene la alimentación y el estilo de vida en la aparición de dichas enfermedades.
Abordar la obesidad de manera efectiva requiere un enfoque integral que incluya el mantenimiento del peso corporal adecuado, cambios en la alimentación, realizar alguna actividad física y otros aspectos del estilo de vida, junto con el apoyo continuo de los profesionales de la salud y la comunidad en general.


(*) La Lic. Irina Aponte Peralta es nutricionista y también presta sus servicios a los socios de la Cooperativa Mburicao. Consulte número de contacto, al (021)612-020.