Cada 12 de junio, Paraguay conmemora dos fechas profundamente significativas: el Día de la Paz del Chaco y el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Ambas nos invitan a reflexionar sobre nuestro pasado, presente y futuro como nación y como humanidad.
El Día de la Paz del Chaco recuerda el fin de la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia (1932–1935), uno de los conflictos más cruentos de América del Sur en el siglo XX. La firma del armisticio, el 12 de junio de 1935, puso fin a tres años de enfrentamientos que dejaron cerca de 100.000 muertos. Esta fecha fue establecida para honrar a los excombatientes y reafirmar el valor de la paz como un logro colectivo que debe cuidarse todos los días. La guerra terminó, pero la memoria sigue viva en cada testimonio, en cada familia que heredó coraje y dignidad.
En paralelo, el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, impulsado por la Organización Internacional del Trabajo desde el año 2002, nos recuerda que aún hay batallas que dar. En Paraguay, según estimaciones de la Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (2015), más de 400.000 niños y adolescentes realizaban algún tipo de actividad económica, muchos en condiciones peligrosas o que afectan su derecho a la educación y al desarrollo.
La conmemoración busca visibilizar esta problemática y promover políticas públicas, compromiso social y acciones concretas que erradiquen esta práctica.
Estas dos fechas nos muestran dos caras del mismo desafío: construir un país donde reine la paz y donde los niños puedan crecer con derechos, oportunidades y dignidad. Porque la paz no se reduce al silencio de las armas, sino también a la justicia social, la equidad y la protección de los más vulnerables.
Hoy honramos el legado de los héroes del Chaco, cuya valentía defendió nuestra soberanía. Y al mismo tiempo, asumimos el compromiso de proteger a los héroes del futuro: nuestros niños. La memoria y la esperanza caminan juntas. Hagamos que ese camino sea de paz y justicia para todos.